Desde hoy os acompañaré
en una aventura culinaria que estará repleta de sorpresas y momentos
inolvidables. Mi amor por la cocina en general nace de mi más tierna infancia.
La cocina tradicional y la repostería en particular siempre han sido una de
mis pasiones y aquí empieza mi andadura para intentar contagiaros con las
recetas con las que suelo conquistar a mi familia.
Cada una de las recetas están elaboradas con un ingrediente muy especial, mucho
cariño, que es lo indispensable junto con las ganas, para que una receta tenga
éxito seguro.
Esta vez, para que la presentación sea redonda, comenzaremos con la receta
de un postre que no deja indiferente a nadie, un couland de chocolate o volcán
de chocolate. Un postre muy francés adaptado a la cocina del mundo, un pecado
dulce o como dirían en su tierra de origen “le sucré péché”.
Ingredientes (para 6 raciones)
170 gr. de
chocolate fondant
170gr. de mantequilla (no margarina)
3 huevos
3 yemas
60gr. de azúcar glas
50 gr. de harina
Enseres:
6 moldes de metal 8 cm de diámetro x 6 cm. de alto o 6 papeles de
magdalenas. En este caso dependiendo del tamaño del papel saldrán alguno más.
Elaboración
Precalentar el horno a 200º.
En un bol ponemos las yemas y los huevos y los batimos. Mientras vamos
incorporando el azúcar glas a los huevos hasta que blanquee. Añadimos poco a poco la harina, batiendo enérgicamente con la
batidora de varillas o a mano y reservamos.
Derretimos el chocolate junto con la mantequilla al baño maría, no vale
microondas. Vamos removiendo hasta que se funda y se mezcle bien.Cuando el
chocolate esté fundido y bien mezclado con la mantequilla lo añadimos a la
preparación anterior y vamos envolviéndolo. Una vez mezclado ponemos en los
moldes engrasados en mantequilla para evitar que se pegue, en el caso de los
moldes de metal. Con los moldes de papel no es necesario engrasar.
En el horno viene la parte que más atención requiere porque en escasos 7
minutos a 200º el postre estará listo para servir. Es un postre que se sirve
caliente acompañado de helado en cualquier versión de sabor. Con helado de
vainilla combina muy bien.
Se puede guardar parte de la masa y volver a realizar el último paso. A
veces 6 raciones son muchas y si la hacemos toda y dejamos enfriar, el postre
pierde su encanto. La finalidad es que esté líquido su interior y esto sólo se
consigue si está caliente.